El desarrollo de la visión se produce paralelo al desarrollo motor y al dearrollo neurológico en el niño.
El cerebro va madurando y permite desarrollar estas 3 áreas a la vez.
DESARROLLO NEUROLÓGICO | DESARROLLO MOTOR |
Mediante:
|
Mediante:
|
Desarrollo neurológico – Reflejos primitivos o infantiles
Cuando el bebé nace, todas sus respuestas son reflejas, debido a que su cerebro aún no está formado del todo. Durante el primer año de vida se producen muchas conexiones gracias a las experiencias que va teniendo el bebé, y cuantas más experiencias tenga, más fuertes se harán esas conexiones. Por eso, la visión es un sistema tan plástico en los primeros años de vida, porque la visión se produce no en los ojos, sino en el cerebro, y éste está continuamente «aprendiendo».
Si el niño no pasa por todas y cada una de las etapas normales del desarrollo motor, alguno de esos reflejos no madurarán y no se integrarán posteriormente. Todos esos reflejos deben inhibirse en el transcurso del primer año de vida, cada uno en su momento. Si esto no ocurre, estas respuestas reflejas (p.e. cuando te tiran un balón, te proteges la cara con las manos), no se convertirán en respuestas voluntarias (coger el balón), y el niño tendrá problemas en su vida diaria.
Estos problemas se manifiestan sobre todo en la etapa escolar, aunque muchos adultos tienen estos reflejos sin inhibir y no lo saben; han vivido con ello toda su vida (con su problema), y cuando les enumeras las caracteríticas de un reflejo no inhibido que tienen, te suelen decir «Ah ¿Y esos problemas es por ésto?«.
Más gente de la que pensáis se han saltado alguna etapa del desarrollo (el arrastre, el gateo, etc), no le han dado importancia, y los padres incluso estaban contentos porque su hijo había aprendido a andar antes que nadie, sin darse cuenta que eso les afectaría en un futuro.
Al saltarse ciertas etapas, la visión ya no se desarrolla como debiera, por ejemplo el gateo es muy importante para desarrollar la habilidad del enfoque; por eso, cuando una persona (niño o adulto) llega con un problema de enfoque y tiene unos reflejos determinados sin integrar, trabajándoselo durante un tiempo para integrarlo (creando las conexiones que no se crearon en su momento), automáticamente mejora la acomodación. Por tanto, trabajamos desde la base del problema.
Algunas de las manifestaciones de la existencia de estos reflejos:
- torpeza
- mala posición corporal
- mala coordinación ojo-mano
- mal agarre del lápiz (demasiada fuerza o hipersensibilidad en las manos)
- mal equilbrio
- problemas de lectura
- falta de concetración y atención
- inmadurez emocional
- no le gustan las sorpresas
- mueve la boca al escribir
- sentado en una silla no para de moverse
- mala escritura y dibujo, desordenado y sucio
- mal integrados los dos lados del cuerpo (problemas con la derecha y la izquierda)
- van encorvados
- van de puntillas
- no le gustan las sorpresas, les gusta controlarlo todo
Ésto es un «popurri» de síntomas, pero cada reflejo da una sintomatología determinada. Ésto puede serviros de orientación para pensar si vuestro hijo puede tener un motivo en su conducta,… o incluso en vuestra propia conducta.
Desarrollo neurológico y motor – Proceso de lateralización o Reoganización neurofuncional
Este proceso de maduración del cerebro le lleva al niño sus 6 primeros años de vida.
En todo este proceso el cerebro va madurando con cada expreriencia que tiene el niño, con cada movimiento que hace, con cada cosa que coge, cada cosa que ve y cada cosa que escucha. El cerebro en cada conexión nueva que se va estableciendo va adquiriendo sus funciones.
Pero para que esto ocurra tiene que pasar por todas y cada una de las etapas de desarollo motor grueso: croqueta en ambos sentido, arrastre, gateo, andar, saltar, correr, etc.
Cada experiencia permite ir perfeccionando el movimiento del niño y le permite ir conociendo mejor su cuerpo, sus límites y lo que puede conseguir o no.
Tenemos que darle la oportunidad a ambos hemisferios de que maduren en igualdad y que luego puedan comunicarse entre ellos para que la información de procesamiento de lo que ve, escucha, toca, siente, etc., sea procesada rápido y correctamente, para así después dar una respuesta correcta.
Si la preferencia por una mano, pie, ojo y oído no coincide o no acaba de establecerse pasados los 6 años, esto indica falta de madurez en la organización neurofuncional. Su hemisferios cerebrales no tiene claras sus funciones y muestra desorden en sus tareas y vida diaria. Esto además afecta a la lectura y a la escritura.
El proceso final de la lateralización concluye con el conocimiento de su derecha e izquierda (LATERALIDAD) y que sepa llevarlo a las cosas que le rodea (DIRECCIONALIDAD). Si esto no lo tiene claro, no sabrá orientar las letras, o los números, ni ordenarlos respectivamente en las palabras o en las cifras, o las palabras en una frase, ni las cifras en una operación matemática. Esto es lo que muchas veces se llama DISLEXIA erróneamente, y sólo es un problema en el correcto desarrollo de todo este proceso. ¿Dónde se habrá producido el fallo? Pues es lo que nosotros tratamos de averiguar, para tratar el problema desde el momento que surgió y permitirle al niño un correcto proceso de lateralización y con ello que madure correctamente su cerebro. Así su lectura y escritura no se verá afectada.