Como parte del largo proceso de lateralización, y de hecho como comienzo de dicho proceso, el bebé debe pasar por todas y cada una de las etapas del DESARROLLO MOTOR GRUESO. Todas y cada una de ellas son importantes para que el cerebro vaya madurando correctamente.
El desarrollo motor se produce siguiendo la LEY CEFALOCAUDAL, es decir se desarrolla de “centro hacia fuera”. El bebé cuando nace no conoce su cuerpo, sus partes y sus límites, va desarrollando movimientos gruesos:
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1º de la cabeza
2º del tronco
3º de sus extremidades, articulación por articulación hasta terminar con el movimiento fino de sus dedos.
Con ello, desarrolla primero sus movimientos del cuerpo gruesos para desplazarse: arrastrase, gatear o andar, y lo último en desarrollar, son los movimientos finos de sus dedos y manos.
En el desarrollo de la coordinación fina, primero golpea y tira todo lo que llega a sus manos, y concluye con la precisión de su agarre (primero con su puño y finalmente con una pinza digital que le permite un buen agarre prensil para la escritura y ser preciso en su manipulación).
El niño tiene que moverse e interaccionar con el entorno para conocer su propio cuerpo, sus límites, su fuerza, su resistencia, etc. (desarrollar su propiocepción), para calcular distancias, para calcular velocidades, para calcular dónde están las cosas para no golpearse con ellas, para moverse de forma coordinada y tener un buen equilibrio, y con todo esto poder realizar cualquier juegos de pelota o cualquier deporte con coordinación.
Cuando todos los patrones de movimientos se desarrollan, permite:
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– Que ambos hemisferios se desarrollen cuando lo hacen ambos lados del cuerpo en igualdad
– Que la visión de ambos ojos desarrolle todas la habilidades monoculares y binoculares (de cada ojo y de ambos en equipo)
– Que ambos oídos se desarrollen en igualdad y en equipo
– Que el bebé experimente con el tacto y el gusto
En esta terapia le ayudamos al niño a sentar una buena base de su proceso de lateralización, fortalecemos su desarrollo motor grueso, tiene mejor conocimiento de su propio cuerpo y del espacio que le rodea, mejoramos su equilibrio dinámico y estático, y su coordinación ojo-mano gruesa para juegos y deportes, integramos la visión con la coordinación de su mano y le hacemos más seguro y preciso en sus movimientos y menos torpe en general.