Cuando el curso está acabando teméis que vuestro hijo os entregue las notas. Tras varias tutorías con su profesor a lo largo del curso, siempre os repite lo mismo: “Su hijo va retrasado en la lectura, no va al ritmo de sus compañeros. No entiende lo que lee y no entiende los enunciados de los problemas. Debe practicar este verano la lectura para que el año que viene lea mejor y no acumule dificultades”.
¿Quieres que tu hijo no odie la lectura?
¿Quieres sorprender a su profesor el curso que viene?
¿Quieres asegurarte de que tu hijo empieza 1º de Primaria preparado visualmente para la lectura?
Si a tu hijo le ocurre algo de lo siguiente:
- No aguanta más de 15 minutos delante de libro
- No le gusta la lectura en general
- Prefiere leer cuentos con dibujos o comics
- Se salta renglones
- Necesita el dedo para no perderse
- Invierte el orden de letras en una palabra o de palabras en una frase
- Se inventa palabras por querer ir más rápido
- Las letras en el papel se le mueven
- Si al leer mueve la cabeza en lugar de solo los ojos
- Lee sujetándose la cabeza
- Tiene una baja velocidad lectora
- Tiene una baja comprensión lectora
- Si la comprensión disminuye en textos más largos
- Prefiere que le lean a leer él mismo porque su comprensión mejora
- Si le cuesta entender los problemas o los enunciados en los exámenes.
- Si le cuesta sacar la idea principal de un texto
- Si necesita leer en voz baja para poder entender lo que lee (refuerzo auditivo)
Cuando un niño muestra muchas de estas señales lo que nos está indicando es que su dificultad lectora se debe a un PROBLEMA VISUAL.
Más concretamente, se debe a una imprecisión en los movimientos oculares de cada ojo.
Esta imprecisión no se soluciona con leer y leer 20 minutos al día. Esta no es la práctica adecuada. Esto no es lo que necesita tu hijo este verano. Los movimientos oculares no se estimulan de esta manera. Ni se estimulan solos ya a cierta edad.
Por tanto, si existe esta imprecisión y lo único que hace es leer y leer, su cerebro intentará desarrollar alguna estrategia para conseguir compensarlo. Pero lo hará con mucho esfuerzo, con una velocidad lectora más lenta de lo normal y con una comprensión deficiente. Y siempre preferirá que le lea otra persona los problemas, los enunciados o los textos en general, a leerlos él mismo para poder entenderlos mejor.
Según vaya pasando de curso, si la longitud de texto es cada vez más larga, si el texto cada vez es más complejo, si el texto no va acompañado de imágenes, si utiliza una letra cada vez más pequeña, … tu hijo tendrá que hacer una readaptación de su estrategia y cada vez hará más esfuerzo para realizar la lectura.
Leer y leer no es la forma de ayudar a tu hijo en estas circunstancias.
TAN SOLO EN UN MES DE TERAPIA VISUAL INTENSIVA SE OBSERVAN GRANDES MEJORAS EN LA LECTURA. Lo aprecia incluso el niño 🙂
Cuando visualmente todo está funcionando bien, entonces es cuando necesita la práctica de leer y leer diariamente, pero tienes que asegurar esto primero para que él no haga un sobre esfuerzo. Y para que esta práctica merezca la pena y no acabe aborreciendo la lectura.
Haciendo TERAPIA VISUAL para estimular los movimientos oculares, haciéndolos precisos y automatizándolos, el cerebro no tiene que pensar en cómo mueve los ojos por el texto o en cómo rectificarlos, sino que se puede centrar en entender el texto en sí y aprender de él.
Nunca es tarde para AVERIGUAR si la dificultad que tiene tu hijo se puede deber a este problema visual y así AYUDARLE CUANTO ANTES.
Si aprovechamos los meses de verano y nos centramos en mejorar esta habilidad, podremos conseguir que su profesor se sorprenda el curso que viene con el gran avance que habrá hecho en su lectura. Y sus notas mejorarán el curso que viene con menos tiempo de estudio Y MENOS ESFUERZO POR PARTE DE TODOS.
Si estáis interesados o deseais consultarnos algo, no dudeis en llamarnos al 644341702 para pedir cita o preguntar lo que necesitéis. ¡Aprovechad el verano para que vuestro hijo mejore! El siguiente curso será mejor 🙂